En Residencia La Solana, trabajamos cada día con un propósito claro: ofrecer a nuestros residentes mucho más que un lugar donde vivir. Nuestro objetivo es que cada persona mayor que forma parte de nuestra comunidad se sienta cuidada, valorada y acompañada en esta etapa de su vida.
Cuidar la salud y el bienestar físico
Uno de los pilares fundamentales de nuestro centro es la atención sanitaria personalizada. En La Solana, contamos con un equipo profesional que se encarga del seguimiento médico diario, control de patologías crónicas y administración de tratamientos.
Además, promovemos el movimiento activo con actividades adaptadas y sesiones de fisioterapia. Sabemos que mantener la movilidad mejora la autonomía y previene muchos problemas de salud.
Fomentar el bienestar emocional y psicológico
El acompañamiento emocional es tan importante como el físico. En nuestra residencia cuidamos los pequeños detalles del día a día, fomentamos un trato cercano y cálido, y estamos atentos a cualquier signo de tristeza, ansiedad o desmotivación.
Ofrecemos talleres terapéuticos, actividades artísticas y momentos de conversación para que nuestros mayores se sientan escuchados, comprendidos y emocionalmente estables.
Crear un entorno donde socializar sea fácil y natural
Sabemos que la soledad es uno de los grandes retos de la vejez. Por eso, en La Solana apostamos por una vida activa y participativa.
Organizamos juegos, celebraciones, salidas culturales, actividades intergeneracionales y mucho más. Queremos que cada día tenga momentos de conexión, risas y compañía.
Ofrecer una alimentación saludable y personalizada
La alimentación es clave para mantener la salud. Nuestro equipo de cocina prepara menús equilibrados, variados y adaptados a las necesidades de cada residente.
Tener en cuenta intolerancias, alergias, problemas de masticación o pautas médicas es parte del trabajo diario. Comer bien no solo es salud: también es disfrute.
Fomentar la autonomía y el sentido de utilidad
En Residencia La Solana, creemos que cada persona mayor tiene mucho que aportar. Por eso, promovemos la autonomía siempre que sea posible, respetando los ritmos y capacidades de cada residente.
Animamos a participar en decisiones del día a día, pequeñas tareas o actividades que refuercen su autoestima. Sentirse útil mejora la calidad de vida y la actitud frente al envejecimiento.
Garantizar un entorno seguro y acogedor
Nuestras instalaciones están adaptadas para garantizar la seguridad y comodidad de todas las personas que viven con nosotros. Contamos con habitaciones confortables, espacios comunes accesibles y medidas de prevención pensadas para su tranquilidad.
El diseño de los espacios también influye en el estado de ánimo. Queremos que cada rincón de La Solana se sienta como un verdadero hogar.
Mantener una relación cercana con las familias
Las familias son una parte esencial de nuestra labor. Mantenemos una comunicación constante y transparente sobre la evolución de cada residente.
Además, promovemos la participación en actividades y visitas para que los vínculos familiares sigan siendo fuertes y presentes en la vida cotidiana.
Acompañar con dignidad el final de la vida
En La Solana, acompañamos con humanidad y respeto cada etapa vital, incluyendo el final de la vida. Nuestro equipo está preparado para ofrecer cuidados paliativos y apoyo emocional tanto a los residentes como a sus familias.
Nuestro compromiso es ofrecer una despedida digna, cálida y en paz.
Conclusión
Los objetivos de Residencia La Solana están centrados en las personas. Cada decisión, cada actividad y cada cuidado tienen un mismo fin: que nuestros mayores vivan con calidad, amor y respeto. Porque en La Solana, envejecer es sinónimo de vivir plenamente.


